Miércoles, 22 de Octubre de 2025
En países como México, Brasil y Colombia, ya tomaron las riendas de traer producto del exterior a partir de la construcción de terminales propias o administradas con terceros.
En los últimos años se profundizó la característica de que las empresas envasadoras a transformarse en importadores de GLP, además de su tarea principal que es la de envasar y distribuir. La tendencia es importar a través de terceros o con inversiones propias en terminales portuarias para abastecer mercados que no pueden autoabastecerse con la producción propia en sus refinerías.
Los países que se encuentran en esta situación son México, ahora Colombia aceleró el ritmo en este sentido, y la novedad es Brasil, donde están en etapa de desarrollo e inminente construcción de terminales portuarias tanto en el norte como en el sur de su territorio.
Cuando a mediados de la década pasada a Pemex se le retiró la exclusividad de ser el único importador y proveedor de GLP en el mercado mexicano, las envasadoras (o gaseras como se las conoce en ese país) emprendieron la titánica de importar directamente y sumarle terminales portuarias y hasta incluso, como en el caso de Zeta Gas, que tiene hasta buque metanero propio.
Hace poco más de diez años atrás, México sólo importaba entre un 30y un 40% de todo lo que consumía. El declino de la producción por parte de Pemex y la flexibilización en la importación para cualquier jugador del mercado, llevó adelante un boom importador que hoy alcanza al 60% del total que se consume en el país azteca. Y proviene, principalmente, desde Estados Unidos. Todo hace suponer que, en el mediano plazo, la importación alcanzará hasta el 80% de la demanda interna, por esto el próximo escalón de la inversión en el sector tendrá que ser los parques de almacenaje, para ampliar los días de stock de producto para que no exista ningún tipo de quiebre en la provisión interna.
Lo que asoma como una gran inversión, son las dos terminales portuarias que se empezarán a construir a la brevedad en el Brasil. Las mismas se ubican en el nordeste brasilero, con el fin de recibir el GLP proveniente, principalmente, de los Estados Unidos.
Por ejemplo, una de las dos terminales tendrá una inversión de R$ 1,2 mil millones, por parte de las envasadoras brasileras Nacional Gás (Grupo Edson Queiroz), Copa Energía y Oiltanking Logística Brasil,construirán una terminal portuaria en el Complejo Industrial y Portuario de Suape, Ceará.
La terminal, que se espera que comience a operar a mediados del 2027, será “greenfield”, y tendrá una capacidad de 120 mil metros cúbicos, que representa unas 1,5 millones de toneladas al año para almacenamiento refrigerado de GLP. La terminal, consideran los desarrolladores, “será el tanque de GLP más grande del Nordeste”.
Con su puesta en marcha, la “contribuirá a la autonomía de suministro de GLP en el Nordeste, ampliando la capacidad de suministro local, además de posibilitar la importación del producto por parte de actores independientes a través de grandes buques cisterna completamente cargados”, informaron desde el Grupo Edson Queiroz.
La estructura accionarial de la nueva sociedad quedó de la siguiente manera: 42,5% del Grupo Edson Queiroz; OTLB, del Grupo Otamerica, tenía el 42,5% y Copa Energia el 15%.
La otra estará en manos de las envasadoras Ultragaz y Supergasbras Energia, para lo cual conformaron una nueva empresa que operará una terminal portuaria con una capacidad de almacenamiento de 61.900 toneladas o 123.800 m³ de GLP, y la cual que demandará una inversión de R$ 1.100 millones (de Reales) y que estará operativa para el 2028.
Según el proyecto, la nueva terminal satisfará las demandas no solo de los dos solicitantes, sino también de cualquier empresa interesada en contratar servicios de manipulación y almacenamiento de GLP.
En este sentido, Supergasbras también lidera el proyecto de construir una segunda planta en el sur del país, con el fin de recibir el GLP desde Argentina. El proyecto está escrito o dibujado, pero por el momento no tiene el mismo empuje que encuentra el proyecto en el Nordeste.
Para el 2026, Colombia deberá importar el 50% del GLP que consume su mercado interno. En este contexto, envasadoras y operadores portuarios, salieron a realizar las inversiones correspondientes para prepararse para el nuevo escenario.
La que tomó la delantera fue Colgas, la envasadora de la chilena Abastible, al anunciar el inicio de la construcción de una planta para importación de gas licuado (GLP) en el puerto de Okianus Terminals en Cartagena, con una inversión de 60 millones de dólares y que estará en operación para finales del 2025.
Colgas para desarrollar esta terminal de recepción de producto, “estableció acuerdos estratégicos” con empresas “proveedoras líderes en el sector”, como es Okianus, en la prestación de servicios portuarios, mientras que designó a EGSA de Brasil para la fabricación de infraestructura de almacenamiento.
Para esta nota, dejamos de lado países como Chile o Paraguay, que desde siempre fueron importadores y sus envasadoras más encumbradas siempre cumplieron esa tarea.